Es
la última vez que me justifico por leer novela de género. Y además
nadie me lo pide. Mi amor por las letras nació con los cómics y
germinó con la literatura de género. Después ya llegó la madurez
y la pedantería. Pero en los últimos tiempos y a la luz de la
experiencia no veo motivos por los que este tipo de literatura no
pueda competir con el mainstream en igualdad de condiciones. Muchas
novelas "realistas" premiadas apenas tienen un par de ideas
para sostener el premio y mucho menos un volumen de trescientas
páginas. En cambio otras novelas menos dignificadas por las
academias pertenecientes la ciencia ficción, el terror o el género
negro esconden joyas entre sus páginas. Y algunas
incluso estilo.
No
sé si estilo es lo que tiene esta novela de Iain M. Banks, tal vez
no es ese su fuerte. Lo que sí tiene son ideas magníficas y un
ritmo brutal. Setecientas páginas de imaginación futurista,
aventuras macabras y sangrientas pero verosímiles(si eres capaz de
entrar en su mundo y suspender la credulidad), de reflexiones
escondidas sobre los que creen en el avance de la tecnología y la
ciencia frente a los más tradicionalistas(y aunque parece que el
autor se decante por unos, no es del todo así) y sobre la crueldad
de la especie humana aunque en realidad lo que se dice humanos salen
más bien pocos por no decir ninguno(aquí hay otras especies de
forma antropomórfica y similar a la nuestra pero otra cosa). Naves
tan grandes como planetas y algunas escenas de acción que se
desarrollan durante cien páginas sin respiro y pueden agotar a mucha
gente. Las críticas adversas le llegan a esta novela porque a veces
abruma el exceso. Pero la anécdota central dónde el héroe acaba en
una isla en un planeta extraño con carnívoros religiosos es de lo
más original que he leído nunca. No quiero explicar nada para
salvaguardar la sorpresa de los afines a este género que puedan
estar interesados pero el autor consigue miedo y asco y tensión con
el simple arte de escribir frases. Estoy curtido en estos menesteres
pero todavía me llevo sorpresas. Cuidado con los estómagos
frágiles, aviso.
Y
por supuesto, si la novela sólo fuera pirotecnia pues se quedaría
en interesante y ya está pero como indicaba más arriba puedes
reflexionar sobre esos dos mundos enfrentados que se parecen tanto al
nuestro. La ciencia ficción suele funcionar así, trasladando el
mobiliario del presente al del futuro y haciendo hipótesis sobre
como degeneraremos(o no).
Iain
M. Banks continuó esta novela en muchas entregas más que incluso
aseguran por ahí que son mejores. ¿En serio? ¿Es posible? Solía
alternar esta saga con novelas del mainstream no menos crueles pero
sí probablemente más premiadas. “La fábrica de avispas” sobre
un joven con disminución psíquica que vive con su padre me impactó
en su momento. Ambas tendencias de la narrativa del autor compartían
lo imaginativo con lo cruel y alguna que otra escena especialmente
epatante. Siempre sorprendían. Y ahora hablo en pasado porque
leyendo la novela supe que nuestro escritor se estaba muriendo de
cáncer. El pasado nueve de Junio nos dejó.
Descanse
en paz, sus libros siguen vivos aunque yo lo haya descubierto más
bien tarde.
Dejo
como epitafio su cita de la wikipedia:
"Escribo
porque me gusta, me divierte, he dedicado la mayor parte de mi vida a
hacerlo mejor, y puedo vivir de ello: no hay nada como un día de
trabajo."